En esta época del año las moras están en pleno apogeo, es una buena excusa para salir al campo, dar un buen paseo y recolectarlas.
Es una mermelada deliciosa, su textura suave y brillante la hacen muy apetecible.
Son antioxidantes y tienen múltiples beneficios para la salud, motivo por el cual hace que yo en este momento necesite este regalo de la naturaleza.
INGREDIENTES
PREPARACIÓN
60 minutos
1. Las moras se pesan después de lavadas, trituradas y quitadas las semillas, tened en cuenta que cada Kl de moras suele tener unos 200 Gm de semillas que vamos a desechar, por cada Kl del puré resultante necesitamos 1/2 Kl de azúcar para su conserva.
2. Quitar los rabitos que puedan tener las moras, lavarlas muy bien pues suelen tener mucho polvo, escurrirlas, ponerlas en una cazuela, triturarlas y poner a hervir ese puré en su propio jugo sin nada de agua durante 10 minutos a fuego lento.
3. Poner un colador chino dentro de otra cazuela, verter en el colador el puré de moras caliente y con la ayuda de una batidora ir batiendo hasta conseguir que sólo queden en el colador las semillas, si fuera necesario durante este proceso echar a poquitos los 100 ml de agua, este es el momento de pesar el puré de moras ya sin semillas para calcular el azúcar que tenemos que utilizar.
4. Añadir a la cazuela el azúcar y el zumo de limón, dejar que cueza todo a fuego suave, hasta conseguir la textura que más os guste, mover a menudo ya que tiende a agarrarse al fondo de la cazuela.
5. Tener preparados unos tarros, esterilizados previamente en agua hirviendo durante 15 minutos y envasar en ellos la mermelada en caliente, cerrar bien los tarros y ponerlos en una bandeja con las tapas hacia abajo para hacer el vacío, dejar así unos días, si lo preferís hacerles un baño María durante 30 minutos, una vez fríos los tarros etiquetar y guardar.
6. Esta mermelada se conserva durante mucho tiempo, un año como mínimo.
Espero que os guste.
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